La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja, desde 1997, que todos los países introduzcan un programa de vacunación universal contra la hepatitis B en recién nacidos y niños, según la incidencia de la enfermedad en cada zona. Hasta ahora, 168 países, entre ellos España, han hecho caso a estas recomendaciones. Sin embargo, el Reino Unido ha decidido ir por libre y sustituir esta política por la inmunización selectiva.
A diferencia del resto de Europa, el Reino Unido aplica la vacuna frente al virus de la hepatitis B (VHB) sólo a los grupos de alto riesgo y hace un seguimiento a las mujeres embarazadas para que no transmitan la enfermedad a sus hijos. Hasta ahora el país tiene una de las incidencias más bajas de la infección, pero la llegada de inmigrantes y los demostrados fallos a la hora de identificar a las mujeres con el virus han hecho que algunos médicos consideren que ha llegado el momento de cambiar de estrategia.
Según un editorial sobre el tema que publica la revista 'British Medical Journal' hay varios factores que señalan la conveniencia de cambiar la política británica. En primer lugar, se ha descubierto que el programa de inmunización selectiva no detecta al 50% de las mujeres con el virus. En segundo término, la Agencia de Protección de la Salud del país estima que sólo el 44% de las infecciones son potencialmente prevenibles a través de esta política selectiva. Como tercer factor, el más importante, figura la inmigración.
Entre los años 1996 y 2000 unas 6.500 personas con hepatitis B crónica han entrado en el Reino Unido. Estos casos crónicos no se previenen mediante la vacunación y los afectados pueden transmitir el virus. De hecho, el artículo indica que en Irlanda la incidencia de la hepatitis B aumentó entre 1997 y 2003, en parte por la llegada de inmigrantes procedentes de países con una alta incidencia de la enfermedad.
Con todos estos aspectos y con la evidencia de que la vacuna de la hepatitis B en la infancia confiere protección a largo plazo, los autores del editorial, de la escuela de Medicina King´s College de Londres, concluyen que quizás sea un buen momento para cambiar la situación del Reino Unido.
La oposición
El principal argumento contra la ampliación de la vacuna, hasta la fecha, ha sido el económico. En una reciente reunión sobre la Prevención de la Hepatitis Viral, celebrada en Edimburgo, los expertos indicaron que es necesario establecer claramente el impacto monetario que provoca en la actualidad la infección por hepatitis B.
Para ello hay que tener en cuenta los costes de las terapias para tratar la enfermedad del hígado y el hepatocarcinoma, ligado frecuentemente al virus, y compararlo con el dinero que costaría la vacuna universal. Solo si la diferencia es muy significativa se podría utilizar la excusa financiera para evitar la implantación de la vacunación universal en el Reino Unido
miércoles, marzo 29, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario