VALENCIA. El Tribunal que juzga a Juan Maeso por el supuesto contagio de la hepatitis C a 276 pacientes en cuatro hospitales valencianos acordó ayer aplazar hasta el 12 de septiembre el interrogatorio a los investigadores que elaboraron el informe genético ante la complejidad del último estudio que data la antigüedad del virus en cada paciente, aportado por ellos el martes.
La decisión del presidente de la Sala se produjo después de que el fiscal y algunas acusaciones advirtieran de la necesidad de realizar un «estudio más profundo» del documento «cruzando datos de los distintos pacientes», y después de que advirtieran de la imposibilidad de concluir el interrogatorio a los peritos genetistas antes del mes de agosto -inhábil a efectos judiciales- lo que obligaría a interrumpir esta prueba pericial en mitad de su desarrollo.
A la petición de aplazamiento para estudiar el documento que concluye que Maeso contrajo la enfermedad antes que 275 de los 276 pacientes incluidos en la causa, se sumó el abogado del anestesista acusado, Francisco Davó. El letrado pidió también que se inadmitiera el último estudio aportado por los genetistas por entender que excede los límites de lo que él mismo había solicitado: reclamó que se datara la antigüedad del virus de Maeso pero los investigadores, el catedrático de Genética de la Universidad de Valencia, Andrés Moya, y el profesor Fernando González incluyeron en su estudio la fecha de contagio de todos los afectados. Eso, subraya el letrado, es «alterar el alcance de una prueba» y, por lo tanto, se producirá una «vulneración del derecho a la defensa, a la contradicción y a la tutela judicial efectiva». El Tribunal no se pronunció sobre la admisión o inadmisión del documento en la sesión de ayer.
El estudio que ha sembrado la controversia entre las partes establece una comparación entre el virus encontrado en las muestras de sangre de los afectados, estudia la evolución en cada caso y establece la antigüedad de los contagios. Según los genetistas, Maeso contrajo la enfermedad, como fecha más probable, en junio de 1988 -dentro de una horquilla que oscila entre el 1 de agosto de 1984 y el 17 de octubre de 1991-, antes que 275 de los 276 pacientes por cuyo contagio se enfrenta a una petición de 2.214 años de cárcel. El resto de los contagios, salvo uno datado un año antes, se produjo entre 1988 y 1998, indicio suficiente, según el estudio y según las acusaciones de que él es la fuente de contagio.
Con todo, el informe ha generado preocupación entre algunos abogados de los afectados, por cuanto las fechas de contagio que establecen no siempre coinciden con los de la intervención quirúrgica en la que supuestamente Maeso les transmitió el virus. Los genetistas dan una fecha probable de contagio, aunque establecen una horquilla temporal que abarca varios meses por delante y por detrás de esa fecha.
Según la defensa, los casos en los que la intervención quirúrgica no se produjo en ese periodo de tiempo son más de cien. Las acusaciones, por su parte, mantienen que son una minoría y están justificados. Algunos letrados, no obstante, se muestran preocupados por el hecho de que esta falta de concreción siembre la duda en el Tribunal, circunstancia que no se habría producido en el supuesto de que sólo se hubiera averiguado la antigüedad del virus de Maeso.
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